MultiDiálogos

TEMAS ENTREVERADOS
(páginas 213 - 223)

 

Pepita Turina

PTurina.—AÑO NUEVO, VIDA NUEVA. Y el tiempo no es nuevo. Cada año el tiempo y nuestra vida son más viejos. Así lo señalan los calendarios y los relojes. El tiempo sin tiempo en el cual estamos inmersos es ajeno a nuestros abrazos, a nuestros parabienes.

SimoneDeBeavoir.—¿Qué significa eso de lanzarse por los aires en una fecha fija con hora fija porque el almanaque cambia?

PTurina.—Es la esperanza. ¿Ha visto alguien llegar el primero de enero con indiferencia? El hombre vive comprometido con la enorme importancia de la esperanza. Perderla es condenación. Contra la esperanza, espero.

AgustínYáñez.—Tampoco a mis amigos del barrio les ha de importar mucho que sea el último del año, y mañana el año nuevo: los hijos del zapatero tendrán que ayudarle a su jefe toda la noche, hasta la madrugada, para entregar mañana el quehacer; el sobrino del sastre no se escapará de hacer ojales y pegar botones, aunque mañana sea día de fiesta; los muchachos de doña Petra amanecerán sin que comer, tendrán que andar pidiendo fiado y prestado; yo tendré que levantarme temprano a regar la calle y a hacer el mandado; ¡que chiste va a tener para nosotros el año nuevo!

PTurina.—Trabajarán más los mozos de restaurantes, los telegrafistas, los barmanes, los taxistas, los conductores de autobuses, los médicos y enfermeras de las asistencias públicas donde arribarán los heridos y los muertos exclusivos de la noche de Año Nuevo.

AgustínYáñez.—Se está metiendo el sol. El último sol del año. Pero mañana el mismo, saldrá a la misma hora, a la hora que me levante a regar la calle, igual que todos los días.

PTurina.—Para mí no hay año nuevo, ni año viejo. La alegría a la fuerza, en fechas fijas jamás, jamás. Cada noche de Año Nuevo, se alegran porque ha terminado un año para el cual se deseé y se esperó lo que puede ser: los mañanas perfectos, singulares. Los habrá, los podrá haber entre los otros. Los días normales son los más necesarios y, los más abundantes. Soportaríamos mal una prodigalidad de días de jolgorio o de tribulaciones.

RainerMaríaRilke.—No, no, no hay nada en el mundo que se pueda imaginar, ni la menor costa. Todo se compone de tantos y tantos detalles únicos, que no se puede nada preveer.

PTurina.—La verdadera explicación sencillamente no se puede explicar.

VíctorCastro.—Alguien estuvo repartiendo cosas: frutos llenos de aroma, estrellas, flores desconocidas, fragancias, barcos, mares, montañas, alguien repartió la envidia la generosidad, la risa y el llanto, la madera y las herramientas, las casas y las nubes, la modestia y el orgullo, alguien repartió la sangre y el alma, la esperanza y la desesperanza, y tanto tenía de todo que aún puede seguir repartiendo tantas y tantas cosas que con ellas los poetas hicieron sus cantos y con ellas los novelistas multiplicaron la vida, y todos los hombres están ocupados trabajando con ella.

PTurina.—Como no vivo en el futuro tengo derecho a exigir mi presente. El presente es mi época. Me desagrada él juego de suposiciones, aunque me prometan un futuro mejor. Cobro y pago con la moneda del presente; las otras no están acuñadas.

Hipólito.—... Dicen que Demiurgo quiso imitar la naturaleza infinita, eterna, ajena a todo límite y a todo tiempo de la Ogloada superior, pero que no pudo reproducir su estabilidad y su perpetuidad, porque él mismo era fruto de un defecto. Así, para aproximarse a la eternidad de la Ogloada, hizo tiempos, momentos, series de innumerables años, imaginándose que imitaba, por esta acumulación de tiempo, la infinidad de aquélla.

PTurina.—Cada niño que nace es un revolucionario innato y él también tendrá derecho a exigir la infinitud de su presente.

ZdzilslawBeksinski.—Muchas veces me pregunto: ¿Por que a la gente le interesa sobre todo sabe lo que esto o aquello significa? Si quisiéramos consecuentemente adoptar esta actitud, toda la vida, sería corta para dilucidar el significado de una sola palabra y al fin nos encontraríamos con que no hemos salido del punto inicial.

PTurina.—A veces me identifico con el rechazo a todo apuro, a veces no. Debo tener algún gen de vertiginosidad, aquel que deleita a los aviadores que cruzan continentes. El deleite, la gloria del pasado fue la lentitud, la demora. Antes, algunos que llevaban a lejanas distancias apurados mensajes, reventaban caballos, ahora nos reventamos a nosotros mismos.

HenryFairfieldOsborne.—Un millón de años ha empleado la naturaleza en formar ese portentoso animal que es el alce.

PTurina.—¡Que lentitud, Dios!

PabloPicasso.—Todo el mundo trata de entender el arte. Sin embargo yo me pregunto: ¿Por que no tratamos de entender el canto de un pájaro? ¿Por que amamos la noche, las flores, y toda la belleza que nos rodea, sin sentir el deseo de analizar sus misterios? Por que sucede que cuando se trata de una obra de arte, la gente insiste en que tiene que entenderse. ¿Por que? Yo no espero nunca que los que ven mis cuadros experimenten las mismas emociones que sentí al hacerlos. El impulso o la inspiración me llega a mí de distancias y fuentes muy lejanas. ¿Cómo podría nadie posesionarse de mis sueños, mis instintos, mis ideas, que emergen después de largo tiempo de gestación y necesitan madurar hasta que encuentren su expresión visual? ¿Y cómo podría nadie “leer” lo que yo quise verdaderamente decir, y que tuve que expresar aun contra mi propia voluntad?. No veo ninguna razón por la cual tanta gente en el mundo insiste en analizar el arte y confeccionar elaboradas ‘teorías e interpretaciones.

PTurina.—El arte cinético es cinético porque él se mueve. Pero, todo arte es cinético desde los contempladores. Los ojos y el alma que contemplan sobreponen en lo mirado el ingrediente transformador. Un mismo cuadro es otro para cada contemplador y para cada uno en etapas diferentes de su vida. Y si lo ve solo o con alguien que instiga a que se repare en ciertos aspectos, si lo ve él critico que ha juzgado muchas obras y quien no ha visto ninguna, si se mira rápidamente o demoradamente, si lo atisba un comprador o un vendedor, si se adquiere para regalarlo, para adornar la casa, o para ganar dinero, si se mira antes o después de un viaje, de una enfermedad, antes o después de cualquier situación que ha inducido a cambiar.

VicentVanGogh.—Expresar el cariño de los amantes por la unión de dos colores complementarios, por su mezcla y sus contrastes, por las misteriosas vibraciones de los tonos afines. Expresar el pensamiento en una frente por la irradiación de un tono claro sobre un fondo oscuro. Expresar la esperanza mediante alguna estrella; el ardor de un carácter, mediante un rayo de sol poniente.

PTurina.—La realidad, de un salón de café no está sólo en la gente y sus mesitas y sus tazas. A cada ser sentado a una mesa de cafetería le están acaeciendo cosas, no sólo lo que traen sino lo que allí está sucediendo. Y al pintar un cuadro que representa una cafetería, ¿es la verdad la fría fiquratividad de mesas y personas sentadas...? Desde luego que no.

VicentVanGogh.—En mi cuadro del Café de Nuit he procurado dar a entender que el café es un sitio donde uno puede arruinarse, volverse loco, cometer crímenes.

PTurina.—¿Qué es la belleza? No lo sé. Es posible que esté en la fealdad, en la basura, en la decadencia. Cuando los fotógrafos-artistas retratan un rostro de viejo, las arrugas cobran un prestigio de belleza. Cuando los pintores muestran calles, casas y balcones con ropa tendida, esa ordinariez doméstica es cautivadora. En el teatro es bello lo que es feo fuera de él: los pies abiertos de las bailarinas de ballet clásico son horribles en el caminar aparte del proscenio, los colores abigarrados de los trajes, el maquillaje exagerado, las palabras rebuscadas, la voz fuerte. Lo que es feo en una parte en otras es hermoso. ¡Cómo entender esa transformación! ¿Y la fealdad de lo lindo?: los jardines adornados con esculturas clásicas, la perfección y el arreglo minucioso de las mansiones de los ricos donde nunca se encuentra una flor seca, un juguete abandonado, donde nunca se encuentra el encanto del desorden. Las épocas transforman lo feo en atrayente: las mujeres voluminosas de los cuadros más apreciados, las fontanas barrocas, los querubines. ¡Si lo sabrán los que visitan Roma! La belleza bien puede ser lo que se necesita de armonía.

JeanGenet.—Esa región secreta, ésta soledad donde los seres —las cosas igualmente— se refugian, es la que da tanta belleza a la calle. Por ejemplo: estoy en el autobús, sentado; no tengo sino que mirar fuera. Calle en declive que el autobús desciende. Voy lo suficientemente rápido como para no tener la posibilidad de detenerme en un rostro o en un gesto; mi velocidad exige de mi mirada una rapidez correspondiente. Cada una de sus actitudes, por causa posiblemente de la velocidad de mis ojos y el vehículo, es garabateada tan rápido, cogida tan rápidamente en su arabesco, que cada ser me es revelado en aquello que tiene de más nuevo, demás irremplazable.

PTurina.—La imaginación interviene para profundizar la realidad. La realidad es enorme, más, que la imaginación, pero el hombre puede ampliar lo captado con alto vuelo imaginativo, divinizarlo, darle otras irisaciones. De por sí el hombre es incapaz de crear nada de la nada, una rosa por ejemplo, pero sí puede inmiscuirse, aumentarle los pétalos, darle otros colores, otras formas, hacerla florecer en otras épocas, secarla o hacerla vivir cambiando su naturaleza: fortalecerla, debilitarla, trasladarla, combinarla, y hacer de ella y con ella “otra” cosa, como un perfume, una mermelada, un collage, de una o muchas rosas tal como son desde fuera o tal como pueden ser distorsionándolas. deshojándolas, esparciéndolas, apretándolas. El hombre estruja la realidad, la desconforma, y así como ideó el lenguaje, como diseñó la música para los instrumentos que confecciono —no encontrándolos en la Naturaleza— y aun ampliar el sonido hasta lo aterrador, también nuestro semejante puede aterrarnos o fascinamos. La Naturaleza no le dio al hombre el piano, pero le dio la madera, el marfil el bronce, el haz de productos transformables. La Naturaleza no le, dio al pintor la tela, sólo le dio la base del material para que la confeccionara, igual las pinturas y los pinceles. No le dio al escritor el papel ni la tinta, le dio la pulpa de la madera, y el agua y las manos y el cerebro para que hiciera lo que pudiera, hasta que pudiera, no lo infinito, sino lo finito, lo variablemente mortal.

Goethe.—Vivir en el mundo ideal, consiste en tratar lo imposible como si fuera posible.

PTurina.—¿Puedo comprender vidas que no he vivido? ¿Basta la experiencia interior? El contemplativo puede saber lo que está haciendo un hombre de acción.

Schiler.— ¿Qué hacías mientras yo repartía el mundo? —indaga Zeus. Y el poeta responde: —“Señor, yo veía lo que estabais haciendo mientras ordenabais el mundo”.

PTurina.—Era nada más que un poeta el que sabía lo que estaba haciendo un Dios.

ArnoldWesker.—¿Quieres que proteste en contra de las guerras en las montañas? Protesto. Pero el corazón tiene sus dolores íntimos. No todas las buenas grandes causas en este mundo pueden hacer que deje de llorar por un amor que se va.

PTurina.—Para ahuyentar el aburrimiento, llora. El llanto es droga que deshace las tensiones, tranquiliza, quita la ofuscación mental, Llora sollozando, también huirá entonces el silencio de la soledad. Las lágrimas, mujer, borran el maquillaje comercial, limpian el rostro y el alma, hacen retornar a los momentos iniciales de la humanidad, al primitivismo, el consciente y el subconsciente se alivianan sin Freud, sin psiquiatras, sin sociólogos ni psicólogos. Las planificaciones y la intromisión de otros se disuelven y renacemos cobijados en la personal liberación.

VladimirJankelevitch.—Sólo se es ser viviente mientras subsista la condición de mortalidad, pues lo que no ha poseído vida organizada, como las rocas, los elementos inmutables de la naturaleza físicamente hablando, fueron o permanecen siempre “muertos”, ‘indefinidos en sí. Conllevan la ausencia de sentido final.

PTurina.—Los vegetales muertos son nutrientes. Nosotros también lo seríamos sí no nos dejaran sepultados en cementerios, en sectores dispuestos por autoridades. No nos dispersamos, no nos asimilamos a la tierra en los nichos. Dejar tumba ¿para qué? Ocupar un espacio que nos clasifique cuando ya no tenemos clasificación. Hasta el dinero puede influir en cómo sea nuestra tumba y la clase de flores con que se adorne para nuestro recuerdo. Para que queremos todo eso: la obligación de los vivos a recordarnos.

MartinHeidegger.—Hay una razón consistente para poner en duda, nuestra experiencia cotidiana. Por cierto, no basta afirmar simplemente que lo que la experiencia cotidiana nos muestra de las cosas es lo verdadero. No debemos olvidar que de ningún modo es suficiente invocar la verdad y la seguridad de la experiencia cotidiana. Precisamente, si la experiencia cotidiana lleva en sí una verdad, y aun una verdad de primer orden, ésta deber ser fundamentada, es decir, su fundamento debe ser puesto como tal, concedido y asumido. Un ejemplo corriente: el sol se pone detrás de la montaña, un disco resplandeciente con un diámetro que tiene como máximo de medio a un metro. No es necesario describir ahora todo lo que este sol es para el pastor que retorna con su rebaño desde el campo; es el sol real, ese que el pastor espera ver a la mañana siguiente. Pero el sol real ya desapareció pocos minutos antes; lo que vernos es sólo una apariencia causada por determinados procesos ópticos. Pero esta apariencia es también sólo apariencia, pues en "realidad" —así decimos— el sol no se pone; no se mueve sobre la tierra o a su alrededor, sino que a la inversa la tierra se mueve alrededor del sol.

PTurina.—Lo que ayuda a vivir en la existencia terrena hay que darlo en el momento oportuno. Para nuestros poderes terrenos no hay después. Ser insatisfecho es una condición muy humana. Un gato insatisfecho seguramente no se encontrará.

AntonChejov.—Es el muerto quien no necesita nada. Al que está vivo todo se le hace imprescindible, la Tierra entera… Dios creó al hombre para que esté despierto, para que conozca la alegría y la angustia, y la desgracia... y tú no deseas nada; no eres un ser vivo, eres una piedra.

PTurina.—La historia no se repite, ninguna historia. Cada acontecimiento sucede cada vez de nuevo. El microcosmos de nuestro instante presente es la summa de lo que hasta ahora sobrevino. Lo que sobrevendrá es una nueva summa. Cifras sobre cifras crecemos en el suceder exento de retroceso. Los instantes carecen de “marcha atrás”. Rectificar lo sucedido es imposibilidad de imposibilidades.

AharónMégued.—Odio las conclusiones, las celebraciones, cualquier cosa que me recuerde que el tiempo pasa.

PTurina.— Amo los imprevistos. No quiero que nadie me diga el futuro, ni siquiera para deseármelo mejor. La certeza es, la NO VIDA. Lo fascinante es que caminamos en el misterio y la inseguridad.

BraulioArenas.—La imaginación es lo que ilumina la eterna y siempre recomenzada búsqueda humana, la que interviene en el destino, en el amor, en el sueño, en la realidad, en la aventura y en la esperanza del hombre, lo que deambula por las calles lo que se inclina sobre el hombro del sabio, lo que acompaña al poeta para dictarle la imagen precisa.

PTurina.—Un pensar pre-parlanle antecede a la voz.

EduardoAnguita.—Lo que nadie sabe a ciencia cierta es que será lo que comienza.

PTurina.—La escritura es de ayer no más, un mero instante en términos geológicos. La acumulación escrita es muy reciente, Y nos ahogamos ya en océanos de papeles escritos. Nos envuelven, nos arrastran. El maremoto de papel invade no sólo el lugar donde vivimos, sino nuestras viviendas. En ellas no cabe cerrar puertas y ventanas. Siempre, alguien viene de afuera con un papel impreso en la mano, o con la mente repleta de ideas leídas.

SalvadorDalí.—Para mí nada en el mundo es más espiritual que el dinero. El dinero no me interesa tanto porque compra cosas bellas, sino porque es una forma de espiritualizar la vida.

PTurina.—Un mundo seguro, una época segura quieren los jóvenes y los que tratan de enriquecerse al máximo creyendo en la seguridad del dinero. Un mundo seguro, una época segura, ¿la ha habido? Luis XVI y María Antonieta confiaban en sus firmes tronos y fueron decapitados.

JuliánMarías.—En nuestro tiempo, los hombres tienen una tremenda pasión de seguridad. La vida es inseguridad. La vida humana, es constitutivamente, inseguridad. Nadie está seguro de las cosas que le importan: de la vida de las personas queridas, del amor de los que quiere, de la lealtad de los amigos, del porvenir de la patria en que tiene que hacer su vida. Nada de esto es seguro, La vida es, desde todos los puntos de vista, constitutiva inseguridad. Lo único seguro en el hombre: la radical inseguridad.

PTurina.—Mi opinión de la humanidad no ha mejorado viajando a Europa. Yo relaciono la existencia con la angustia y la angustia con la sensibilidad. Sin embargo, no podría decir como Rosalinda (personaje de Shakespeare), “Yo preferiría siempre una ignorancia que me hiciera alegre a una experiencia que me pusiera triste”.

TótilaAlbert.—El que piensa crear algo nuevo, desde luego, se equivoca y muy probablemente es señal de no estar creando. Lo que hace será perecedero. Lo que se dice no puede ser sino siempre lo mismo: la vida, y que milagro es que lo mismo encuentro siempre nuevas formas. No hay posibilidad de decir nada nuevo ni tampoco nada viejo. Lo que se dice es eterno y siempre parece recién descubierto. Cada uno explora en su propio pozo. Todos sacamos la misma agua.

PTurina.—La combinación y las formas constituyen lo diferente. El carbono que forma el diamante, unido íntimamente con otras moléculas da origen a las flores, a los gusanos, al mármol, al petróleo, a la saliva y al escritor.

Enrique Andersonlmbert.—Ahora repara en que tampoco hay, en el habla viva, una palabra que no sea igual a sí misma. Busca, pues, no sólo la palabra justa, sino también la del instante único.

PTurina.—Si esquizofrenia significa escape del mundo real para introducirse en el de la fantasía, todos los escritores son esquizofrénicos.

AharónMégued.—La visión literaria no contempla las cosas como son sino en un espejo. No admito las distinciones entre géneros como el realismo y el surrealismo; todas las cosas son realismo. La imaginación y los sueños son también una realidad, una realidad espiritual. La literatura es un acto de amor, de amor a la materia por vía del lenguaje.

PTurina.—Nadie puede negar que los escritores tienen imaginación, que su fantasía exuberante le produce delirios.

Mallarmé.—Un livre ni commence ni ne finit; tout au plus fait-il semblant.

PTurina.—Debo estar dispuesta a ser perturbada en mis conocimientos, porque busco la verdad.

 

 

 

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© Karen P. Müller Turina