MultiDiálogos
TENEMOS
MÁS SENTIDOS QUE LOS CINCO
(páginas 7-11)
Pepita
Turina
PTurina.—TENEMOS
MÁS SENTIDOS QUE LOS CINCO de tan segura repetición.
Sin órganos especializados, sentimos en los músculos
el peso de las cosas, sabemos si hace frío o calor,
nos angustiamos por dolores no físicos, advertimos
la distancia, adivinamos las horas del día la tempestad
que se avecina. percibimos la simpatía y la antipatía,
nos equilibramos sobre el suelo movedizo de las embarcaciones
y de tantos vehículos en marcha, nos orientamos cambiando
rumbos para llegar a donde queremos ir, y la telepatía
y la intuición nos dan a conocer lo que aparentemente
no se demuestra
RuthedfordPlatt.—La
investigación científica señala la posibilidad de
que existan “receptores” internos todavía no descubiertos.
Estudios sobre la estructura del sistema nervioso
y del cerebro se están acercando a estas secretas
reacciones psíquicas.
PTurina.—De
los sentidos da órgano, la intuición es una de las
facultades recónditas que da poderes de conocimiento
ignorando el motivo, la razón de tan sagaz percibir.
RutherfordPlatt.—Notables
y variadísimas facultades humanas comprobadas aunque
todavía no comprendidas, se esconden en aquella región
misteriosa que confina con el alcance de nuestros
cinco sentidos.
PTurina.—Los
sentidos son categorías. Hasta los objetos más reales
y concretos son distintos para cada ser.
GeorgSimmel.—Los
sentidos pueden tener un orden sobrepersonal superior
a nosotros y a las cosas. Cada temperamento adopta
por necesidad una determinada concepción del mundo
y de sus objetos.
PTurina.—El
mundo perceptible varía con la edad, con el medio,
con los grados de nuestra evolución.
Heráclito.—Ojos
y oídos son malos testigos para los hombres, si tienen
almas que no saben comprender su lenguaje.
PTurina.—Un
libro no es lo que es bajo los ojos perfectos y
sanos, de un analfabeto. Cuando los conquistadores
españoles y sus acompañantes vinieron a estas tierras
de América y leían, los indios dijeron que “hablaban
a solas con unos paños blancos”.
JohannesVonUexküll.—Represéntese
lo que significa una estrella para el moderno habitante
de gran ciudad que alguna vez la ve brillar entre
los faroles de la calle, y lo que ha sido para un
asirio conocedor del cielo. Igual estrella es para
unos un inútil punto de luz y para el otro un signo
en el reloj del destino del mundo.
PTurina.—Adecuamos
nuestro mundo circundante a la prefiguración. Reconocemos
lo que nuestra subjetividad afirma.
OswaldSpengler.—Todos
los sentidos, por muy desarrollados que estén, por
mucho que sé hayan alejado de su origen primario,
son propiamente sentidos topográficos; no hay otros.
La percepción, sea cual fuere su índole, distingue
lo propio de lo extraño; y para determinar la posición
de lo extraño con respecto a lo propio, sirve el olfato
del perro lo mismo que el oído del ciervo y los ojos
del águila.
PTurina.—La
interpretación de nuestros sentidos es lo que señala
las preferencias o los rechazos. Nos atraen los manjares
que llegan a la mesa con gran decoro visual y olemos
con más deleite el aroma artificial de un perfume
que sabemos parisiense, que el olor natural de nuestro
prójimo. Bebemos vino en vasos de cristal, o siquiera
de vidrio, y no podríamos gustarlo igual, siendo el
mismo vino, en un tarro de lata. Tenemos reacciones
exclusivamente humanas y cada vez más humanas hasta
lo inhumano, buscando el refinamiento y la intensidad.
Aristóteles.—Los
animales no gozan ni de la armonía de los sonidos,
ni de la belleza de las formas. No hay entre ellos
uno que goce contemplando las cosas bellas o al oír
sonidos armoniosos. Tampoco se advierte en ellos que
gocen de los buenos o malos olores, a pesar de que
los animales, en general tienen la sensibilidad que
los hombres. Además, debe observarse que no experimentan
placer sino con aquellos olores que atraen indirectamente
y no por sí mismos; y cuando digo por sí mismos me
refiero a los olores de que gozamos por otro motivo
que por la esperanza o el recuerdo que engendran.
PTurina.—Somos
porosos, permeables, de piel de mente y de sentidos.
Nuestra coraza fisiológica es sensible a todo lo extorno,
una luz, una sombra, una quemadura. Sea una ablución
o una palabra nos penetra. Hasta los medicamentos
“externos” son “internos”. Un baño de agua mineral,
una pincelada de yodo tienen virtudes curativas que
van más allá de la piel. Los sentidos son órganos
corporales que reciben impresiones de lo externo.
Y sin embargo…
JohannesVouUexkül.—Existen
miles de disposiciones mecánicas y químicas que cuidan
de que sólo penetren estímulos del mundo exterior
muy determinadamente escogidos. Kant fue quien nos
mostró que el mundo que nos rodea es nuestro mundo
perceptible, y sólo será reconocido rectamente en
sus rasgos fundamentales cuando las formas que le
imprime nuestro punto de vista subjetivo han sido
manifestadas, corno necesarias.
PTurina.—Unicamente
lo que importa para uno, nos trasmina.
OrtegaYGasset.—El
hombre es un sistema de preferencias.
PTurina.—En
el ejercido de los sentidos se distingue la sensación
y la percepción. Los ojos son más perceptivos. El
gusto y el olfato son más sensibles. Y es el sentido
de la vista el que generalizo más que el sentido del
oído.
GeorgSimmel.—Nos
es mucho más fácil formar un concepto general de hombres
a quien sólo vemos, que de hombre a con quienes podemos
hablar individualmente. Evidentemente, en una persona
se ve mejor lo que tiene de común con otros; en cambio,
es difícil oír lo que hay de general en ella. En las
modernas fábricas donde se ven incontables personas
sin oírse, se ha verificado aquella abstracción que
reúne lo común a todos y que resulta con frecuencia
obstaculizada en su desarrollo por lo individual,
lo concreto, lo variable, lo que el oído transmite.
PTurina.—Lo
individualizador que distingue está en la cercanía.
Como la vista es panorámica, distanciadora, ve, como
en un desfile, sacerdotes, mujeres, hombres, niños;
ve máscara y disfraces. Los ojos cercanos atisban
individualizando.
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