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¡LOS
COLORES SECRETOS!
(páginas 113 - 118)
Pepita
Turina
PTurina.—!LOS
COLORES SECRETOS!: la naturaleza tiene sus laboratorios
para fabricar los colores visibles o invisibles. En
la oscuridad ha elaborado los colores fastuosos de
plantas y peces submarinos, de piedras preciosas,
de minerales. Las conchas marinas, en sus colores
opalescentes reflejan, sumergidos, los colores del
alba. Ningún arte humano ha igualado la multivariedad
de combinaciones que con lentitud ha trabajado la
naturaleza sin necesidad de expresión y de lucimiento.
El tiempo inmemorial, el tiempo sin apuro, el tiempo
inmensurable, las enormes presiones y temperaturas
han producido colores que han demorado milenios en
formarse, desconectados del poder terreno del hombre,
por muy artista que sea, sujeto a vivir un tiempo
contado.
CheHsing.—El
Jade tiene nueve colores, es claro como el agua, azul
o verde musgo verde, color plumas de ave. El Jade
Kan es aquel que tiene el tono de las castañas cocidas.
El Jade Hombre es el que muestra sus vetas rojas como
venas repletas de sangre. El Jade negro es el Hisien.
Cha es el color de carne infiltrada de grasa. Una
combinación de blanco y rojo es el Jade Chuan. En
el Jade antiguo encontramos colores que derivan de
la absorción en su superficie de substancias como
el mercurio, cuando ha estado bajo, tierra. El color
puede cambiar por la absorción de resinas. Pero el
Jade teñido de mercurio viene generalmente de las
tumbas. La acción del bronce en las tumbas, le da
una coloración de verde ruiseñor. Hay todavía otras
variedades.
PTurina.—El
ámbar, esa, resina petrificada de coníferas del período
terciario, da en su transparencia todas las tonalidades
del amarillo. Y el coral, esa secreción caliza de
forma arbolescente que se produce dentro del mar,
cuando es compacto da el color rojo o rosado que se
emplea en joyería. La realidad de los colores secretos
está más allá de nuestros ojos captadores de lo externo.
Y llevamos en nosotros mismos el incomprensible color
de nuestros ojos, de nuestra piel, de nuestra sangre,
de nuestras vísceras y secreciones internas, la química
del presente que nos da un color de juventud para
los cabellos y el futuro de las canas cuando ya no
somos capaces de generar los pigmentos del color.
Las enfermedades y las emociones tienen colores.
HernánRomero.—La
persona blanquea por efectos de una hemorragia o de
una anemia, como también amarillea en la ictericia.
Bajo la influencia de una emoción, se sonroja, palidece
y aun adquiere lividez, sin que intervenga su voluntad
porque los vasos sanguíneos se hallan bajó el control
del sistema nervioso autónomo.
PTurina.—Los
colores inverosímiles son aquellos para los cuales
nos falta capacidad sensorial.
LuisPauwling.—El
color de una sustancia es una propiedad física importante.
PTurina.—El
color tiene funciones específicas en la piel de los
animales, en el plumaje de los pájaros. Las plantas
no son verdes porque sí.
HermannNiemayer.—En
las plantas habitualmente verdes que se dejan crecer
en la oscuridad se observa la desaparición del verdor.
PTurina.—El
oro y su color no lo hizo la naturaleza para la codicia
del hombre, tampoco el mármol y sus vetas, la perla
y sus iridiscencias.
LuisPauwling.—El
ojo humano no es capaz de distinguir completamente
la luz. Todos los colores que el ojo puede reconocer
se pueden componer a partir de tres colores fundamentales.
PTurina.—Pero
así como los tímpanos no escuchan todos los sones,
ni las pituitarias perciben las infinitas gamas olorosas,
las pupilas no retratan t o d o s los colores. Aunque
el ojo humano en las mejores condiciones sensibles
a la visión y contando con buena luz —según el libro
“Records mundiales", de los autores Norris y
Rose Mc Whirter— puede comparar hasta diez millones
de matices de color distintos.
AndrewWyeth.—Me
encanto estudiar la infinidad de cosas que crecen
debajo de los tallos de maíz y llevarlos a mi estudio
para analizar el color. Si uno pudiera captar ese
verdadero matiz de la naturaleza. Sólo pensar en ello
me enloquece.
PTurina.—El
ojo humano es insensible a las vibraciones de colores
inferiores o superiores a ciertos umbrales. El microscopio
ha demostrado colores que sin él son invisibles y
por infinitesimales no conciernen a nuestros ojos.
Los pigmentos del color en los conos de las
retinas tienen una recepción cromática limitada.
MichelAlbertVanel.—La
mayoría de mis alumnos perciben 360 tonos diferentes
en la gama de los colores. El hombre de la calle no
ve más que 250, el profesional entrenado 440. Si se
varían las saturaciones, el brillo y la luminosidad
se obtienen 183.000 tonos diferentes.
PTurina.—Ojos
muy experimentados o dotados, distinguen hasta 90
grises, entre los 247 que hasta ahora se ha descubierto
que hay. Eso de que los colores “fríos” calman y que
los colores “cálidos” estimulan resulta a veces completamente
lo contrario. La relación del hombre por cada color
es personal. Podemos amar o detestar un color por
motivos psíquicos. El cromatismo del hombre además
tiene sexo, dicen los colorólogos: “el hombre y la
mujer mutan los colores, para ella los rojos son más
profundos y más ricos sus matices y los azules son
más fríos”. El a v e c e s de los colores y el s i
e m p r e de los colores va más allá de las disposiciones
fijas. Los colores preferidos y los colores insoportables
¿por qué? Me gustan todos los colores y sin embargo
el hilo negro me disgusta en el costurero.
AiéxeiLeonov.—Y
empezaron a desfilar ante mi vista unas estrellas
que no titilaban, sobre un fondo violeta oscuro que
iba cambiando hasta el negro aterciopelado de un cielo
insondable.
PTurina.—Por
su flora y por sus mares el planeta Tierra, como un
zafiro rodante en la inmensidad del infinito, es una
joya azul y verde en el espacio cósmico que es negro
como todo lo profundo. Los cosmonautas y los intrépidos
submarinistas ya han visto colores inimaginables.
En el área preabismal los oceanógrafos, llegando a
esa minucia de 600 metros bajo el mar, han encontrado
la magnificencia de los colores secretos. El color
de los astros lejanos y de las profundidades abisales
no los ha hecho la naturaleza para la percepción del
hombre. Su ceguera cromática le hace ignorar el manantial
de colores que íntegra el universo. Y sin embargo,
el campo perceptivo ocular o retiniano es capaz de
reflejar colores inexistentes. Se asegura que el arco
iris que vemos proyectado en un aire con refracciones
de sal y gotas de agua no se forma donde lo vemos,
sino en nuestras retinas.
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