Ensayos
Pepita
Turina
SOMBRAS
Y ENTRESOMBRAS DE LA POESÍA CHILENA
Editorial. Barlovento, Santiago
de Chile 1952, pp. 74.
La
espontaneidad de JUVENCIO VALLE
Quién
puede negar que la poesía moderna es una poesía de
hallazgos, que ha multiplicado las expresiones, las
imágenes, las metáforas, ofreciendo el sentido ininteligible
en comienzo de los hallazgos, suprimiendo las medidas
y las continuidades, de donde viene su prestigio y
sus peligros.
Lo
ininteligible no es señal contraria a la poesía. Las
semirrevelaciones no son antipoéticas ni apoéticas.
Pueden ser tremendamente poéticos el subconsciente
y el delirio (acordémonos de Poe).
Las
intenciones del poeta suelen ser secretas y su movimiento
suele ser tan natural y espontáneo que ni él mismo
sabe explicarnos su secreto.
Tal
es el caso de JUVENCIO VALLE, menos difícil que los
anteriores, menos difícil o poco difícil, pero tampoco
predilecto de los amigos de la poesía con metro y
rima y de los versos claros como el agua clara.
Juvencio
Valle nació en una aldea del Sur de Chile; en una
aldea llamada Villa Almagro (en el Departamento de
Imperial).
Este
poeta sureño puede tener 50 años como 25. Su edad
no se precisa, no porque se la ignore, sino porque
mirándolo y tratando de descubrírsela, aunque tenga
marcadas en el rostro ramificaciones de arrugas finísimas,
aunque los cabellos tienden a la calvicie, aunque
se le comprueben rasgos indudables de tiempo vivido,
no se deja de verlo joven. ¿Qué es?: ¿La manera de
moverse, la sonrisa, la suavidad? Es el prototipo
del hombre quedo. Tiene un físico como candoroso,
una suavidad de trato afinada en continuos silencios.
He
leído que Bécquer, Gustavo Adolfo Bécquer, tenía un
"aire delicado". Así podría decirse de Juvencio
Valle y de la poesía de Juvencio Valle.
“No
sé lo que hago en poesía ni en nada”. He ahí una confesión
suya.
El
sólo sabe expresarse cuando no se lo preguntan. Es
como él dice de la nube:
"¿Quién
puede determinar lo que es la nube? ¿Agua o sueño?".
Todo
en él es ese no saber, es ese fluir de poesía.
“Ahora
tengo mis dedos cargados de anillos, ¿de dónde me
vienen? —expresa en un poema de "El Libro Primero
de Margarita" (1937).
"Preguntémosle
primero al árbol desde donde le viene su descontrolado
afán de colores. Tengo una canción en la garganta
¿en qué parte tiene ella su principio? Preguntémosle
también a la madre en qué mundo le comienza a ella
esa leche de suave alelí que la circunda". (Fragmento
final del poema Nº 5).
Es
lo bello, lo enorme, la vida que fluye, que es y no
puede y no sabe explicarse, sino en sus movimientos
naturales, espontáneos, inevitables.
El
viento. ¿Por qué se mueve? Por qué el viento no se
para como un pájaro? El viento vive nadando como un
pez intranquilo. Y si al pájaro se le enjaula y al
animal se le amarra, al viento no es posible aprisionarlo.
Y cuántas personas hay a quienes les gustaría ser
tiranos del viento. Aplacarle esa sed de fuga que
lo domina, pescarlo, y amarrarlo junto al patio de
su casa: hacerlo la vaca lechera, El árbol le tiende
a veces sus ganchos floridos, pero él no se deja engañar.
Sabe que si algún día se posa en una rama su cuerpo
se le volverá piedra y su alma morirá en el aire.
Entre
sus explicaciones poéticas arguye:
“Pertenezco
a la familia y soy uno solamente", que es como
decir pertenezco a la enorme familia de poetas ( o
de la poesía) y soy uno solamente, es decir: soy quien
soy y nadie se me parece o se me iguala y si liberto
mis venas familiares a todos los poetas, es solamente
mi sangre la que se vierte.
En
la poesía de Juvencio Valle no falta la esencia chilena,
la del Sur de Chile, más cerca de las huellas de la
raza aborigen.
"No
olvido las gloriosas tierras del viento cacique Lemunao,
en el alto Traitraco, campos todos cubiertos de polen
azul.
En
ellas también hay una apariencia de nube levantada,
de aguas invernizas, dejando su espeso azúcar sobre
el pasto" (poema Nº 14)
Algunos
críticos (entre ellos Arturo Aldunate Phillips), creían
que al poeta le faltaba vivir, crucificarse, conmoverse,
para que su poesía cambiara sus signos vegetales y
emergiera más social más fuerte.
Y
Juvencio Valle hizo un ocasional viaje a España fue
testigo presencial de la última Revolución Española,
y volvió de su viaje tal como se había ido.
No
es el espíritu que coge del mundo de las guerras de
las conmociones y agitaciones sociales temas para
su poesía. En el fondo su pensamiento es combatiente.
Pertenece políticamente a las izquierdas, y su conducta
de retaguardia no lo despersonaliza. A decir verdad,
su ida a España no fortificó su poesía, aunque, indudablemente
fortificó su experiencia. Su libro inmediatamente
posterior al viaje a España ("Nimbo de Piedra"
-1941-Primer Premio de Poesía en el IV Centenario
de Santiago de Chile), pertenece a la misma clase
de sus anteriores libros; a las verdades sutiles y
hondas de lo humano.
Si
su poesía es vegetal —como tanto se ha repetido— él
también es el tipo del hombre vegetal. No se le siente
vivir y desenvuelve calladamente su ser y su naturaleza.
En
los poetas hay un “algo” que piensa y habla en ellos,
como las "voces" que hablaron a Juana de
Arco, como las que hablan a los obsesivos místicos.
Estas voces no son postizas; son un gran sueño que
quiere ser comunicado.
Como
no podemos ser peces y tener las características que
nos permitan vivir en un medio líquido, tampoco el
poeta puede moverse en otro medio que no sea aquel
hacia el que su predisposición psíquica lo hace desarrollarse,
Los
poetas de un tipo determinado tienen la estructura
psíquica para ser poetas de ese tipo y para sufrir
cierto tipo de experiencias que lo forman y conforman
y no lo que otros sugieren o quisieran que ellos tuvieran.
Cada
poeta vive las características de su tipo, como el
analfabeto las suyas, como el místico, como el criminal,
como el deportista las suyas.
Ninguna
experiencia es posible sin una propensión subjetiva.
Toda profesión aunque haya sido elegida libremente
se convierte en un destino. En el curso de los años
forma y penetra al hombre entero. No sólo tenemos
una profesión. La profesión nos tiene. La profesión
determina una parte esencial de la concepción del
mundo; es el ángulo desde el cual el mundo se ve.
La
intensidad del sentimiento determina la ejecución;
para escribir, para pelear, para matar.
Hay
un arte que nunca logra agradar a la mayoría, no por
difícil sino por las excelencias de una falta completa
de vulgaridad.
En
"El libro Primero de Margarita", en el final
de sus poemas Nº 1, que es como un pórtico explicativo,
dice Juvencio valle en las tres últimas líneas:
Mi
estructura es la del árbol productor de aceite; de
ahí deslizarse como un sauce este derrumbe fluvial
y esta continua permanencia en cuerpo liquido.
A
pleno campo nació su primer libro "Tratado
del Bosque" (1932). Escribía tendido en el pasto
hasta muy entrada la noche. Y lo que menos ha hecho
es escribir sentado a un escritorio. Adapta para ello
las posturas más inverosímiles (confesión personal).
La
situación vegetal de Juvencio Valle viene desde esos
tiempos campesinos en que un molino y su harina
se entremezclaban cada día a su vivir.
El
arte viene de lo profundo, pero, contrariamente a
Emerson, creo que tiene mucho de casual. Por eso existen
artistas que fuera de su arte no son en absoluto inteligentes
y que pueden entregar resultados de sorpresa para
ellos mismos y para los demás.
Aquí
es donde, repitiendo a Juvencio Valle, podemos afirmar
con él:
"Preguntémosle
primero al árbol desde donde le viene su descontrolado
afán de colores. Tengo una canción en la garganta.
¿en qué parte tiene ella su principio? Preguntémosle
también a la madre en qué mundo le comienza a
ella esa leche de suave alelí que la circunda".
Después
de esta poética expresiva no busquemos en la conversación
de Juvencio Valle ninguna explicación sobre sí mismo
y sobre su poesía, porque no sabrá decirla. Su poder
imaginativo le fluye solamente a la mano que escribe
en silencio y no a los músculos de la boca que habla,
La actividad motora del lenguaje es otra rueda del
engranaje psíquico que no se conecta con el misterioso
poder mental que en el cerebro forma una idea artística.
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